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jueves, 29 de noviembre de 2012

Una pista de amor


No me acordaba yo de la presión que se puede sentir en el pecho cuando te encuentras con la mirada de quién te hace tilín (y no hay ninguna campana alrededor).

Como buena gallega, puedo sentir frío, humedad, calor, …esto último menos. En fin, no voy hablar del verano gallego ni de los calentones que se tienen.

Voy hablar de emociones: gestión emocional (me dice el método). Subimos la energía y me digo: Lucy no se trata de que cojas una bombilla y vayas al último piso con ella. Sigo leyendo a ver si puedo hablar, sin que me tiemble la voz; más que nada, porque me preguntan si tengo frío constantemente...
Vivo en una emoción continua y no es ningún secreto. Mi cara me delata y a diferencia de otras veces casi ni me acuerdo (la verdad tengo que hacer memoria). Lo estoy disfrutando desde dentro, ahí donde se aloja el alma.

Me llena de energía, combustible para hacer muchas cosas y disfrutarlas. Ya que no me hace caso en la línea que a mi me gustaría y se me ocurre línea, forma...

Sin embargo esta ahí:

Es como saber, que tienes a mamá, aunque no la llames todos los días; saldo en la cuenta, aunque no te llegue lo que llevas en el bolsillo para hacer la compra; pequeñitas sobrinas que se acuerdan de ti aunque no te llamen.

Saber que me voy a encontrar con su mirada y voy a temblar, aunque no a besar.


Es la primera vez que estoy caliente y tengo frío