Entrena tus actitudes y alcanza tus metas...

jueves, 10 de mayo de 2012

COACHING EN UNA REVISIÓN GINECOLOGICA

         Llegué puntual a la cita; no me parecía, pero luego me di cuenta de que estaba nerviosa y eso que ya no era virgen, en fin supongo que eso no tiene  nada que ver con el pudor.  Llevaba esperando cinco minutos, cuando una enfermera con cara de muy pocos amigos, dijo mi nombre y primer apellido. 
   Ahí fue donde empecé a notar que tenía piernas, más que nada porque me temblaban. Intenté relajarme, sin éxito por supuesto y entré en la consulta. Bueno, la ginecóloga me mandó sentarme, me hizo una serie de preguntas; digamos que estableció rapport conmigo, eso si, la enfermera seguía mirándome con aquella cara; (la verdad no tenía otra). Fue entonces cuando escuché : 

- PASA AHÍ DENTRO Y DESNÚDATE DE CINTURA PARA ABAJO.
   
   Fue entonces cuando empezó mi CALVARIO. Si en vez de termómetros, hubiera medidores de VERGÜENZA, el mío en ese momento rompería. Total, entré y detrás mía la enfermera y sus circunstancias. Empecé a desnudarme como me habían indicado; la enfermera mientras tanto sostenía en su mano derecha, el aparatito que me iban a introducir en unos  minutos. 
   Sin sonreír me dijo: Siéntese en la camilla, con las piernas abiertas; MADRE MÍA!!!!!! en aquel momento no me fui corriendo porque ya me había bajado los pantalones. Entonces atrapada por las circunstancias,  decidí seguir sus instrucciones. Me senté en la parte baja de la camilla, coloqué una pierna para un lado y la otra para el otro, y ya la enfermera se acordó de darme una telita para taparme un poquito. Yo no sabía lo que decir. 
   Para no hablar yo¡ imaginaros...¡



    Allí estaba llena de vergüenza. Me sentía totalmente ridícula por todo e inclusive por lo que estaba sintiendo sin poder evitarlo. Entonces cuando vi que la enfermera que seguía con el aparato en la mano, le acaba de poner una goma que me recordaba un condón; -me dije: Lucy o anulas este bloqueo (vergüenza) o al final te irás corriendo y ya... Sin pantalón, ni bragas... que es peor que lo que estás viviendo.
Para rematarla va la otra y me lubrica la zona. Claro, lógico... a ver como iba a introducir aquello para poder hacerme la ecografía? 
   Fue en ese momento cuando decidí cambiar de actitud y concentrarme en lo que había aprendido como coaching. Si lo tenía que hacer, era porque era lo natural. Más natural que escaparme medio en pelotas por los pasillos del hospital, enseñándole a todo el mundo mi culete... NO, NO, NO Y MIL VECES NO... 
Fue entonces cuando entró la ginecóloga y ya me centré en lo que me decía, mientras me examinaba. Me imagino que mi semblante cambió, porque incluso la enfermera me sonrió...
   Terminando todo. Ella con su misma cara (ya con algún amigo) me facilitó material para mi aseo y me dejó vestirme con tranquilidad, yo solita... en aquel rincón de la habitación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario